Miami. Una investigación realizada en pacientes con trasplante hepático encontró que aquellos que estaban activamente “en busca de Dios” tenían mayores probabilidades de sobrevivir que los que no tienen creencias religiosas.
Los que tenían una “fuerte conexión religiosa”, incluso si no asisten a la iglesia tuvieron hasta tres veces más probabilidades de sobrevivir.
El estudio, publicado en la revista Liver Transplantation, añade peso a los estudios anteriores que mostraban cómo la religión y la fe pueden “influir en el progreso de la enfermedad”.
El Dr. Franco Bonaguidi, quien dirigió el estudio, dijo que el estudio halló que los pacientes con “alta unidad religiosa” que buscan activamente “la ayuda de Dios” y confían en sus creencias tenían una “supervivencia post-trasplante más prolongado que los pacientes con baja religiosidad”.
“Encontramos que la búsqueda activa de Dios, (donde) el paciente tiene fe en un poder superior en lugar de un destino genérico, tuvo un impacto positivo en la supervivencia de los pacientes”, dijo.
Añadió que era la “relación personal entre el paciente y Dios, independientemente de su credo religioso en lugar de asistir a la iglesia formal que afectaron positivamente la supervivencia”.
Para el estudio, los investigadores seleccionaron 179 pacientes que habían recibido un trasplante de hígado entre enero de 2004 y diciembre de 2007.
En el grupo, la mayoría de los cuales eran del sexo masculino y de mediana edad, también se llenó un cuestionario sobre “religiosidad” antes de ser controlados por los próximos cuatro años después de su trasplante.
Casi dos años después, los pacientes religiosos tenían tres veces más probabilidades de sobrevivir que los que no tenían tanta fe.
Después de tres años los investigadores concluyeron que la “búsqueda de Dios”, junto con la longitud de un paciente de la estancia en una unidad de cuidados intensivos eran “asociados de forma independiente con la supervivencia”.
Uno de los participantes, que no fue identificado, dijo a los investigadores que “recuperar” su vida a través de la voluntad de Dios, le hacía “sentirse fuerte y tranquilo”.
El estudio apunta a una investigación anterior, que demostró que las personas con HIV, así como los pacientes del corazón y los pacientes de diálisis renal tenían mejor oportunidad de sobrevivir si eran religiosos.
Los que tenían una “fuerte conexión religiosa”, incluso si no asisten a la iglesia tuvieron hasta tres veces más probabilidades de sobrevivir.
El estudio, publicado en la revista Liver Transplantation, añade peso a los estudios anteriores que mostraban cómo la religión y la fe pueden “influir en el progreso de la enfermedad”.
El Dr. Franco Bonaguidi, quien dirigió el estudio, dijo que el estudio halló que los pacientes con “alta unidad religiosa” que buscan activamente “la ayuda de Dios” y confían en sus creencias tenían una “supervivencia post-trasplante más prolongado que los pacientes con baja religiosidad”.
“Encontramos que la búsqueda activa de Dios, (donde) el paciente tiene fe en un poder superior en lugar de un destino genérico, tuvo un impacto positivo en la supervivencia de los pacientes”, dijo.
Añadió que era la “relación personal entre el paciente y Dios, independientemente de su credo religioso en lugar de asistir a la iglesia formal que afectaron positivamente la supervivencia”.
Para el estudio, los investigadores seleccionaron 179 pacientes que habían recibido un trasplante de hígado entre enero de 2004 y diciembre de 2007.
En el grupo, la mayoría de los cuales eran del sexo masculino y de mediana edad, también se llenó un cuestionario sobre “religiosidad” antes de ser controlados por los próximos cuatro años después de su trasplante.
Casi dos años después, los pacientes religiosos tenían tres veces más probabilidades de sobrevivir que los que no tenían tanta fe.
Después de tres años los investigadores concluyeron que la “búsqueda de Dios”, junto con la longitud de un paciente de la estancia en una unidad de cuidados intensivos eran “asociados de forma independiente con la supervivencia”.
Uno de los participantes, que no fue identificado, dijo a los investigadores que “recuperar” su vida a través de la voluntad de Dios, le hacía “sentirse fuerte y tranquilo”.
El estudio apunta a una investigación anterior, que demostró que las personas con HIV, así como los pacientes del corazón y los pacientes de diálisis renal tenían mejor oportunidad de sobrevivir si eran religiosos.
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