Noticias: Gobierno boliviano insiste en imponer ley para controlar iglesias con cosmovisión pagana
Al igual que en la mayoría de los países de América del Sur, hasta hace unos 100 años, la Iglesia Católica Romana era la religión oficial de Bolivia y las otras iglesias estaban prohibidas. Hoy en día, los evangélicos son poco un más del 16% de los 10 millones que viven en el país.
Desde que el presidente Evo Morales, asumió el poder, mucho se ha especulado acerca de los cambios que la nueva Constitución, promulgada en el 2009, en base a la religión en el país.
Bolivia, reiteró ser un Estado laico, pero que “garantiza la libertad de todas las religiones, de acuerdo con su visión del mundo”.
Aun así, el gobierno de Morales, organiza regularmente actos oficiales en el Palacio, donde se llama a los representantes de diversos cultos, incluyendo sacerdotes indígenas aymaras que realizan invocaciones a los muertos.
En abril de este año, el presidente Evo dijo: “Algunos dicen que soy un ateo, más es la primera vez que lo digo públicamente que a la medianoche o en la madrugada, rezo por mi padre y mi madre, que me dio la vida. Pienso en mis padres, creo en nuestra madre [la Tierra], así y creo también en nuestros dioses”.
En las últimas semanas, los cristianos han protestado con una ley en Bolivia que en la práctica, limita la libertad religiosa en el país. Católicos y evangélicos son los más afectados por la Ley 351, que tiene por objeto regular las organizaciones no lucrativas, incluidas las iglesias, que se verán obligadas a pagar un alto impuesto y estarán sujetos al control del Estado.
En varias ciudades de Bolivia, cerca de 20 mil evangélicos de diferentes denominaciones, marcharon bajo el lema: “Por la libertad de fe en Bolivia”. Las manifestaciones fueron organizadas por la Asociación Nacional de Iglesias Evangélicas de Bolivia, y se caracterizó por cantos de alabanza y oraciones para que Dios intervenga.
El pastor Augusto Navarro, se quejó de que “la fe no es un negocio, pero el gobierno dice que quiere obligarlas (iglesias) para hacer un registro de la personería jurídica y en seguida tratar de imponer un tributo a la fe”.
El pastor Agustín Aguilera, presidente de la Asociación Nacional de Evangélicos de Bolivia (ANDEB), fue más contundente: “Ellos quieren controlar las actividades de las iglesias evangélicas… el artículo 15 de la ley obligaría a todas las organizaciones religiosas para llevar a cabo las actividades dentro de los parámetros de la llamada ‘ horizonte de la buena vida ‘, un concepto basado en la cosmovisión Aymara… Ellos (el gobierno) quieren imponer esta cosmovisión andina de antiguas creencias que creemos que es la imposición de una visión espiritual totalmente extraña a los cristianos”.
Los líderes cristianos han solicitado formalmente una reunión con el presidente Evo Morales para discutir una ley sobre la libertad religiosa. También presentaron ante el Tribunal Constitucional de Bolivia, una petición en contra de la Ley 351, alegando que es inconstitucional porque le quita “derechos y libertades” a los cristianos, enfatizó Aguilera. Aunque con menor intensidad, los líderes católicos también protestaron.
La Ley 351 establece una estructura de gestión estandarizada para todas las “organizaciones religiosas” que operan en Bolivia. Según, Ruth Montaño, abogada y miembro de la junta ANDEB, la ley amenaza seriamente la libertad de culto.
“Eso obligaría a las iglesias a traicionar sus verdaderas tradiciones eclesiásticas”. Las iglesias bolivianas deben presentar un nuevo registro dentro de dos años como máximo. Al hacerlo, se requerirá que las iglesias proporcionen datos detallados sobre la adhesión de los miembros, la actividad financiera y el liderazgo organizacional. Si no lo hace, perderá su licencia para operar. Los funcionarios del gobierno no están permitiendo la formación de nuevas iglesias evangélicas en este rango.
Irónicamente, Morales, asumió el poder en el 2006 con la promesa de una mayor libertad religiosa. Sin embargo, los líderes evangélicos temen que en la práctica el animismo precolombino está sustituyendo al catolicismo romano como la religión oficial del estado.
A medida que el presidente se negó a recibir a los líderes evangélicos, ANDEB, decidió seguir los miembros del Congreso. “Estamos iniciando una campaña nacional de peticiones y consultas con los representantes parlamentarios de cada departamento (estado) del país, dijo Montaño.
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