A pesar del dolor Haitiano, Dios se manifiesta

El lado espiritual en el epicentro del dolor en Haití.

El mundo entero todavía no se repone de las horrendas escenas desgarradoras de muerte y destrucción en Haití. Y dentro de ese mismo dolor, aflora la esperanza de que no todo está perdido. Aún queda viva una humanidad sensible al dolor ajeno que brinda una mano amiga.

La movilización global para llevar un alivio al sufrimiento que viven nuestros hermanos ha sido verdaderamente encomiable. A diario somos testigos del amor al prójimo manifestado en acción. Todos quieren dar una mano para ayudar. Luminarias del cine, cantantes famosos, organizaciones cristianas y agencias de ayuda de todo tipo así como gobiernos en pleno que han brindado toda la ayuda necesaria, voluntarios de todo tipo y hasta niños que han tomando la iniciativa de ir de puerta en puerta coordinando la ayuda para las víctimas del terremoto.

La gran pregunta: ¿Por qué tanta tragedia en Haití?

Tragedias como ésta, o la del huracán que azotó a New Orleans, el terremoto de 1985 en México, tsunami asiático de diciembre de 2004, o el terremoto de Lisboa de 1755 que fue seguido por un tsunami y fuego que destruyó casi por completo la ciudad matando a cerca de un millón de personas, por mencionar algunos ejemplos, ponen a prueba la fe de muchos.

No faltarán filósofos y teólogos que seguirán buscando explicaciones para aquellos desesperanzados que buscan respuestas sobre el sufrimiento en el mundo. Respuestas a la inevitable pregunta: ¿Por qué suceden cosas malas a gente inocente?

Pat Robertson, conocido televangelista norteamericano dio una “explicación” que desató una enorme controversia. En sus declaraciones afirmaba que Haití había sido “maldecido” siempre, desde que sus fundadores “juraron un pacto con el diablo” para lograr la independencia del país de Francia.

Incluso la secretaria de Estado, Hillary Clinton, dijo recientemente: “La tragedia que sigue arraigada al tallo de Haití y el pueblo haitiano es bíblica”.

El comentario de Paterson está basado en una leyenda que no está sustentada por los historiadores. Se sabe que hubo muchas reuniones de esclavos, y muchos afro-criollo rituales religiosos en la región, pero no hay un registro que sustente este hecho.

Según Elizabeth McAlister, profesora de religión de la Universidad Wesleyana, los haitianos no confunden la religiosidad africana con el satanismo como lo hace Robertson. En los últimos años ha habido un dicho entre sus haitianos que se ha terminado “el país”. “Peyi-a fini”, dicen en criollo. Se le ha llamado una tierra de morir, en un estado fallido, un producto de la degradación ambiental irreversible.

Escenario histórico de Haití

Haití ha tenido razones estructurales de larga trayectoria histórica que han producido un sistema de crisis disfuncional.

• La nación fue fundada en grave desventaja comenzando como una sociedad esclavista francés. Francia reclamó el pago enorme para las propiedades abandonadas después de la revolución, comenzando un ciclo de la deuda que nunca se rompió.

• Un racismo profundo y permanente impidió que los EE.UU. y Europa evitaran el reconocimiento de Haití durante 60 años. De manera que el comercio nunca se estableció en términos de igualdad.

• El ejército declaró el estado, que culminó con la brutal dictadura de los Duvalier, apoyada por los EE.UU.

• No se desarrolló una sociedad civil robusta donde exista una tradición de participación de la comunidad y juntas de planificación de la ciudad.

• Una fuga de cerebros evacuaron los mejores talentos del país, mientras que los Estados Unidos subsidiaba a la industria agrícola enviando los cultivos excedentes a Haití, con precios inferiores a los precios locales del país.

• Los agricultores abandonaron sus tierras, acudieron a la capital, y construyeron los barrios de pobre construcción que han colapsado en los escombros, enterrando tanto a los inocentes y vulnerables como a los fuertes y poderosos por igual.

Elizabeth Mc Allister, profesora de la Universidad Wesleyana dijo en una entrevista para CNN que las diferentes religiones del país ven el sufrimiento de manera diferente.

“Algunos ven el terremoto como un signo del Apocalipsis. Los científicos sociales ofrecen respuestas basadas en la historia, el racismo y la degradación del medio ambiente” y agrega. “Los haitianos están soportando el sufrimiento que es un desastre natural agravado por las condiciones humanas. Es un crisol espiritual. Pero es también una crisis de sentido. Para los cristianos es tener fe, esperanza y caridad. Para los protestantes fundamentalistas, es convertir todas las almas, dar ayuda, y esperar el regreso de Jesús. Para los creyentes del voodoo, es recuperar el equilibrio con la tierra y el mundo espiritual invisible. Para muchos científicos sociales, es fortalecer la capacidad de los haitianos “para que tengan un autogobierno, que pueda aliviar la deuda de Haití, reforestar la tierra, y averiguar cómo divorciar la ayuda de la dependencia. ¿Cómo interpretamos el sufrimiento de la gente buena de Haití y sentar las bases de cómo caminar hacia adelante?”

En el Antiguo Testamento hay amplia evidencia de naciones que fueron castigadas por Dios por idolatría e injusticia. De hecho, la palabra “terremoto” aparece dieciséis veces en la Biblia. “Y hubo voces y truenos y relámpagos, y hubo un gran terremoto, como no ha sido desde que los hombres han estado sobre la tierra, un terremoto muy poderoso y muy grande” Apocalipsis 16:18.

De manera que muchos cristianos consideran que el terremoto fue parte del plan de Dios y entienden que están viviendo en la época apocalítica. Pero también es importante recordar que Dios se unió al sufrimiento humano a través del sacrificio de su Hijo en la cruz.

La mejor respuesta

La mejor respuesta viene de aquellos cuyo sufrimiento trasciende a lo que nosotros quizás no seríamos capaces de imaginar. Creyentes que experimentan la realidad de que, Dios les ha unido a Él en su sufrimiento que es el motor que los inspira a sentir, en medio de su dolor, la paz que sobrepasa todo entendimiento humano.

Esta ha sido la realidad que están viviendo nuestros hermanos haitianos que se las han arreglado para estar el domingo con ropas limpias y sin arrugas y con sus Biblias (los que pudieron conservarla) para poder en un templo improvisado al aire libre alabar a Dios y decir como Job: “Yo sé que mi Redentor vive…sea el nombre de Jehová bendito.

Aquellos evangelistas y cristianos que citan tan a menudo a Juan 3.16 en su predicación podrían también recordar lo que se dice en el versículo siguiente: “Dios no envió a su Hijo al mundo para condenarlo sino para que el mundo sea salvo por medio de Él”.

No hay duda que la tragedia de Haití tendrá efectos de largo plazo no sólo para la gente cuyas vidas están tan derrumbadas como los edificios que los rodean, sino para el mundo que ha sido testigo de esta fatal destrucción.

La lógica de la fe es humanamente incomprensible consiste en no quedarnos en el epicentro del dolor, sino optar por ir contra la corriente y vivir aferrados a la fe y a la esperanza que nos ofrece el Evangelio.

El reto para nuestros líderes espirituales ahora radica en encontrar palabras que nos ayuden a comprender el amor de Dios en medio de tal sufrimiento.

Fuente: cristianos.com