Noticias: Marcos Witt reconoce que la música cristiana es una industria
Bajo el titular “La fe mueve montañas… De dinero”, el diario mexicano El Universal publicó una entrevista con Marcos Witt y Martín Valverde, un conocido cantante católico, en donde hablaron sobre lo que implica organizar un concierto, pagar impuestos, regalías, pagar a empleados, etc. Ambos aclaran si bien es música para Dios no significa que debe ser gratis.
Por la masiva convocatoria de sus conciertos, el diario Universal dice que la música cristiana es una verdadera industria que no solo deja ganancias tanto para los artistas sino para los vendedores clandestinos que no pierden oportunidad de ofrecer toda clase de productos, igual para los que se dedican a la piratería de la música cristiana.
Marcos Witt dijo que “es correcto organizarnos con el fin de pagar impuestos, regalías, pagar a empleados; en ese sentido claro que es una industria; por otro lado, también recuerdo que Dios nos da dones a cada uno para poder darles de comer a nuestras familias”, dijo Marcos, resaltando que siente impaciente con quienes ven en su trabajo un simple negocio.
En cuanto a la piratería que vende su imagen en tazas, pulseras, playeras y demás, Witt se muestra consciente de la clandestinidad pero también de lo mucho que esto apoya a las familias; incluso ha visto cosas que le llaman tanto la atención que quisiera comprarlas.
“Hay algunos a mi alrededor que dicen ‘es que deberíamos…’ yo digo tranquilízate, ese señor que vendió esas tazas o esas camisetas esta noche va a poder llevar pan a sus hijos gracias a mí. ¿Será correcto que ellos vendan mi imagen y mi nombre sin mi conocimiento?, no sé la verdad, pero al menos en mi mente y en mi corazón yo ya arreglé ese asunto. Yo estoy tranquilo”.
Con su gira “Sobrenatural” hace dos años, Marcos convocó a 1.7 millones de personas en 150 fechas, poco más de la mitad del público asistente a la JMJ de Brasil, donde Martín cantó para 3 millones de jóvenes.
Valverde, costarricense nacionalizado mexicano católico, realiza entre seis y siete conciertos al mes a los que asisten cerca de 3 mil personas. Su fama y carisma son tales que hasta aparece en un capítulo de Los Simpson.
Para él hay un serio problema al ver lo relacionado con la religión: creer que, si es para Dios, debe ser gratis de y no verlos como profesionales de la música que realizan un trabajo con un costo que merece su paga.
“Evangelizar es gratis, pero hacer un concierto tiene un costo lógico, una inversión y ojalá una ganancia… no faltan los que te critican por vender los discos, o cobrar por el concierto, pero no les tiembla la mano de bajar una canción de Internet o piratear el disco. Es cosa de culturas y educación”, sentenció Martín Valverde.
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