El conocido pastor evangélico y escritor John Piper da directrices a los cristianos para que puedan orar con un propósito ante la ola de protestas que barre el Oriente Medio.
Los manifestantes en Bahrein llevan ya días manifestándose y ahora buscan la ruina de toda la familia real Al Jalifa. Enfurecidos por la violenta represión por parte del gobierno , los manifestantes han elevado sus demandas por la renuncia de tan sólo el primer ministro a un cambio inmediato de gobierno.
"Nuestras demandas eran pacíficas y sencillas en un incio. Queríamos que el primer ministro dimitiese", dijo Mohamed Alí, de 40 años, un funcionario a la agencia de noticias Associated Press. "Ahora las exigencias son más duras y han llegado a la cúspide de la pirámide. Queremos que todo el gobierno caiga".
Las protestas contra los gobierno siguen propagándose en todo el Oriente Medio y por África del Norte en pueblos que están más que hartos de tanta corrupción, discriminación y la falta de oportunidades.
Lo que comenzó en Túnez en diciembre y luego en Egipto, se sigue propagand. En cuestión de semanas, los presidentes de ambos países tuvieron que dejar el poder después de gobernar durante décadas.
Desde entonces, levantamientos amenaza regímenes represivos y los gobiernos autoritarios han surgido en Irán, Irak, Libia, Yemen y Argelia.
A medida que el malestar sigue circulando en el mundo árabe, el teólogo evangélico John Piper está aconsejando a los cristianos para que oren durante estaa ola de protestas sin precedentes.
Los cristianos ante todo orar por "todos los que están en eminencia" (1 Timoteo 2) - es decir, que los dirigentes políticos y las estructuras en el Oriente Medio.
Piper ha fijado dos estrategias específica por las que podemos orar: para que los seguidores de Jesús "puedan llevar una vida tranquila y apacible con piedad y dignidad en todos los sentidos" y para que más personas se salven.
"Cuando oramos por el Oriente Medio, debemos orar sobre todo para que prevalezcan las condiciones de libertad y la paz para los seguidores de
Jesús, de manera que el Evangelio se propague y triunfe, y millones se vuelvan a Cristo y sean salvos para su gran gloria ", explicó Piper."Estas condiciones incluyen la libertad de otras religiones, ya que los cristianos no propagamos la fe con espada, sino con la proclamación y el servicio".
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